La Iglesia impulsa con renovada fuerza la urgente misión de evangelizar la cultura y las culturas. La Pontificia Universidad Católica Argentina, constituida por el Episcopado de la República Argentina como persona jurídica pública canónica, se reconoce a sí misma instrumento privilegiado en este empeño evangelizador, según las claras enseñanzas del Concilio Vaticano II, el Código de Derecho Canónico, la Constitución Apostólica "Ex Corde Ecclesiae" y el decreto de la Conferencia Episcopal Argentina que reglamenta su aplicación, el documento "Presencia de la Iglesia en la Universidad y la Cultura Universitaria", entre otros documentos magisteriales.
La misión de la Universidad es la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber humano para bien de la sociedad (Ex Corde Ecclesiae, 30), en un marco de excelencia académica, liderazgo en el campo del conocimiento y compromiso con la comunidad.
Al mismo tiempo, en la Universidad, en cuanto Católica, los estudios y enseñanzas se han de realizar e impartir a la luz de la Fe, es decir, del reconocimiento de la Verdad Revelada, de tal forma que la actividad sea presidida e inspirada por dicha verdad, que se encuentra en la Sagrada Escritura y en la Tradición, con la guía del Magisterio de la Iglesia que, por institución divina, es su maestra y custodia (ECE, 27). Por ello, la fe católica impregna:
la investigación y la enseñanza,
la formación de los miembros de la comunidad universitaria y
la misión de servicio y compromiso con la sociedad y la Iglesia.
La Universidad organiza la enseñanza y formación integral para preparar a la juventud y a todas aquellas personas con vocación universitaria, en la labor específica de la cultura, de la investigación científica, del ministerio de la docencia superior y en el ejercicio de las profesiones liberales, cuidando de promover tanto su especialización científica, profesional, artística o técnica, cuanto su cultura universitaria y superior, haciéndola capaz de ejercer su vocación con competencia y un recto sentido católico de los propios deberes y cumplir así un rol dirigencial en la sociedad.
Por su propia identidad, la Universidad Católica debe dar una respuesta adecuada a los graves problemas contemporáneos, particularmente de la realidad argentina y regional, en el complejo campo de la cultura intelectual moderna, descubriendo en la Palabra revelada por Dios una interpelación, un mandato y un sustento.
La Universidad procura lograr "una presencia, por así decir, pública, continua y universal del pensamiento cristiano en todo esfuerzo tendiente a promover la cultura superior y, también, a formar hombres insignes por el saber, preparados para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y a testimoniar su fe en el mundo" (Concilio Vaticano II, Gravissimum Educationis, n. 10).
Como institución dependiente de la Conferencia Episcopal Argentina, la Universidad Católica Argentina, conforme le fuera eventualmente solicitado por los Obispos diocesanos, en la medida de sus posibilidades y cumpliendo con las normas canónicas y civiles, podrá crear facultades en todo el país, salvadas las condiciones de razonabilidad y factibilidad académica y económica de cada proyecto.
Para todo ello, se ha de constituir como auténtica comunidad, es decir, espacio humano vitalizado por la fe que brinda un desarrollo equilibrado e integral de la persona.
En su misión, la Universidad está animada por un espíritu evangélico misionero, de apertura y pluralismo. Por ello ha de proveer el ámbito donde se promueva el diálogo entre creyentes y no creyentes, sin renunciar a la verdad, en la mayor caridad.
En resumen, la Universidad Católica Argentina ha de brindar una formación integral, que realice la síntesis entre excelencia en el campo profesional y compromiso social desde una cosmovisión humanístico-cristiana.